Me enteré tarde de que me gustaba
Mantlo ya que, como muchos de sus admiradores, no fue hasta años después cuando descubrí que era el guionista de los comics que me hicieron flipar de jovencito. Particularmente yo tardé mucho en darme cuenta de que Mantlo era el guionista de la mejor etapa de "
Alpha Fligth", del complemento "Micronautas" de "La Guerra de las Galaxias" (mucho mejor que la serie principal y único motivo de compra de la cole a los pocos meses) y del interesante, por singular, "Rom" junto con el entrañable
S. Buscema. Por eso ando ahora pillando lo que veo de Mantlo que no he catado, que es el caso de esta miniserie que reedita
Panini.
Me ha decepcionado un poco porque creía que era la miniserie donde esta rocambolesca pareja tenía sus hijos -ignoro los autores de esta historia pero, como a mi me parece un argumento ideal para Mantlo, me frotaba las manos- y porque no me he encontrado con uno de los mejores trabajos del gran Mantlo. Esta miniserie es un producto sólido pero no tiene mucho más. No es memorable aunque el toque Mantlo está ahí, y eso siempre es algo.
Como digo, Mantlo aquí no hace un trabajo muy allá pero sí inteligente al plantear la miniserie como 4 comics autónomos ligados por un todo más grande, ya que le da agilidad y frescura, y ambicioso al dar importancia a la miniserie narrando hechos importantes para Visi y la Bruja (así lo deja entrever en su introducción Fonseca, un tipo al que odio, pero ya menos porque es un admirador de Mantlo, uno de los escritores más infravaloradores de Marvel dice). No quería ofrecer un producto rutinario de consumo de rentabilidad inmediata y perecedera y acertó de pleno, ya que es por esto que se ha reeditado. Lo cual demuestra su talento como guionista, que destaca aquí más ya que, de nuevo siguiendo a Fonseca, las miniseries eran un formato de historia de invención muy reciente, así que no estaba muy claro como se debían hacer estas cosas. La validez de estas elucubraciones mías creo que es ratificada porque encaja con una nueva teoría que he elaborado sobre la causa del odio de Jim Shooter a Mantlo. Shooter era un editor muy controlador principalmente por soberbia, aunque este es uno de los pocos casos en el que ese exagerado apetito del egoísmo no está del todo injustificado, por lo tanto, debía molestarle (entre otros motivos) los guionistas como Mantlo que no se cortaban un pelo en idear situaciones trascedentales para los personajes de Marvel que les tocaba guionizar, ya que en la lógica (no muy descabellada) de Shooter esa labor debía de ser acometida por el editor.
En fin, aunque sólo es un trabajo aceptable de Mantlo, se trata de una miniserie interesante por la profundidad de los guiones, que es la razón por la que Bill Mantlo, más que infravalorado, es incomprendido. Como quisó ir más allá de aventuras coloristas, escapistas y sencillas para un público juvenil entremezclaba sus guiones con mitología-religión y psicología. No es algo nuevo pues ya lo hacían Lee & Kirby, pero no de esa forma tan particular y compleja, así que no extraña que Lee y Shooter no entendiesen las historias de Mantlo y que estas no sean populares entre el público de antes y de ahora. Por esto es una rara avis, tanto en su época como ahora, y un guionista de culto.
Bueno, a ver si termino de divagar y me centro. Hoy estoy espeso. Teniendo esto en cuenta se comprenderá mejor la miniserie. El 1º número es banal: una historia sencilla y sin importancia pero resuelta con oficio y con cierta originalidad, pocas veces los superhéroes Marvel se han enfrentado a niños. Es un conflicto intrascendente contra un enemigo de origen mitológico, que seguro que no ha vuelto a salir jamás, pero que tiene cierto interés por los elementos de terror de la historia. Su función es dejar claro que un superhéroe siempre es un superhéroe, no importa que se retire porque siempre atraen los problemas, y que Visi y Bruja se aman, algo muy transcendetal cuando se trata de un ser sintético. En el segundo número la cosa mejora bastante. Los autores van más en serio. Prueba de ello es la 1º viñeta, una splash spage impactante incluso más de 25 años después. La función de esta rutinaria aunque interesante historia es cortar los lazos familiares de la Bruja para poder tejer unos nuevos y mejores, es decir, con más peso e importancia. Así, es una historia muy marvelita y mantliana donde se resuelve otro conflicto paterno-filial del género, se arregla el pasado y se da una lección moral. En suma, en esta historia los superhéroes vuelven a restaurar el orden de modo que los afectados por el conflicto pueden salir de la rueda del destino marvelita. Zumbador y Nuklo, personajes del pasado sin ningún futuro, son redimidos por Mantlo de modo que se puede pasar a otra cosa mejor. Así, una vez sentada las bases y liberados los protas de un pasado inconveniente (como me ha hecho evidente Ismael, la reescritura es la clave de los superhéroes, no extraña que sean los mitos de hoy), pasamos a la 2º mitad de la miniserie, la más interesante.
El 3º nº me parece el mejor de la miniserie con diferencia. Genial ese comienzo con Wonderman yendo en metro! La cotidianidad y la ausencia de elitismo de los super es otra de esas grandes cosas de Marvel que se ha perdido. Es un número psicológico tremendo, naturalmente hay un conflicto paterno-filial, que a mi me recuerda a Lección de Anatomía de Alan Moore (la cual es un año posterior a esta). El prota esta a punto de morir porque no sabe si vivir, así que tiene lugar un conflicto interno donde sus seres queridos tienen un papel crucial en la resolución. Naturalmente este es un conflicto psicológico donde se repasa el pasado, se evalúa el presente y se especula sobre el futuro. La función de este nº es redefinir (la reescritura de nuevo) al pj para reafirmar las características que interesan. Mantlo debió pensar que era el momento de acabar con las dudas de Visi para hacer avanzar a la pareja y con ello le sentenció, pues su humanidad asustó de tal modo que se la acabaron quitando. De todos modos, esta historia me parece confusa, no sé si lo será, porque siempre me he hecho un lío con las ondas mentales de Simon Williams, el Hombre maravilla, como base del cerebro de Visi, ya que nunca he tenido muy claro como entender ese tema. En fin, sea como sea, Visi acaba encontrando motivos que le dan ganas de vivir y así se resuelve el conflicto de este intenso número donde de nuevo Mantlo mezcla exitosamente lo raro con lo rutinario, la fórmula con la excepción. El último episodio es el colofón al que quería llegar Mantlo de modo que no había mucho que contar. Esto lo disimula tirando de oficio, pues rellena 23 páginas con elementos típicos del género (flash-back y pelea por un malentendido), sin que eso le impida regalarnos más momentos melodramáticamente intensos. Especialmente aquel en el que Visi pide coger en brazos a su sobrina (un momento que sólo puede enternecer a los viejos del lugar), donde Mantlo se las ingenia para decir algo sobre un momento que no necesita comentario: en momentos como este, no hay palabras, y el final, que de nuevo es la resolución de un conflicto paterno-filial y una exorcización de los males del pasado (en efecto, todo muy freudiano), que no es más que un nuevo pasado que engendrará otros conflictos cumpliéndose así el ciclo del eterno retorno y la norma de dejar los finales abiertos para que el Universo Marvel pueda continuar manando. Unos momentos que más que demostrar lo buen escritor que es Mantlo, refutan las declaraciones de los que lo niegan, ya que son una perfecta montaña rusa emocional. Al ser interrumpido el momento más feliz de toda la miniserie por el gran villano, la intromisión de este gana en agresividad y hostilidad y esta, a su vez, potencia la carga emocional contraria de la escena final. Es una estructura, sencilla pero que requiere oficio y experiencia, que explica porque Mantlo es el mejor discípulo de Lee.
Rick Leonardi, el dibujante, tiene mucha responsabilidad en el resultado final porque su trabajo es un gran apoyo al guión de Mantlo. Con su estilo rudo y sencillo pero vigoroso y expresivo y su pericia narradora (de 1º nivel su capacidad para componer viñetas, fíjense en las viñetas del tercer número donde salen muchos vengatas) dibujó magistralmente las intensas emociones que el guión quería transmitir (fíjense en las caras de la Bruja de las 2 últimas páginas). Por eso, pese a ser un tanto verde y ochentero, su trabajo no ha envejecido visualmente, salvando con ello a la miniserie, y por eso es el que la hace interesante. Pues las historias de Mantlo, al no ser muy allá, son algo gracias a la buena puesta en escena. Sin el talento de Leonardi (y el vigoroso y contrastado color plano) la pelea del segundo número no sería nada, la secuencia de Visi autoamputándose un brazo debió ser algo muy fuerte y alucinante en aquella época porque lo es ahora (qué facilidad tenía Mantlo para buscar este tipo de cosas), y el tercer número no sería una grapa tan destacada, pues quien pone el do de pecho en los comics psicológicos siempre es el dibujante.
La edición de Panini no esta mal pero resulta muy cara -lo que hay para material antiguo desgraciadamente- la portada es horrible. Es cierto que Leonardi lo ponía dífícil pero el remontaje de Panini es lamentable (Viturtia tira a la basura la estética Vertice de una vez), e incluye un texto sobre La guerra Kree-Skrull. Así que, Panini, si me lo cobras caro y me pones unas solapas, que nadie en el mundo del Cómic ha pedido, al menos fíjate en lo que haces y no me salgas con algo más feo que pegar a un padre.
En fin, "La Visión y la Bruja Escarlata" es una miniserie que en su momento fue transcendental para esta pareja, pues en ella Mantlo afianzó la relación personal de estos personajes y reconfiguró la familia de la Bruja (reescritura). A pesar de eso no es un gran cómic de Mantlo, de modo que verdaderamente lo que merece la pena hoy (pues la imprescindibilidad de esta miniserie fue destruida junto con Visi hace mucho tiempo) es el trabajo de Leonardi. Mantlo no afrontó mal esta miniserie, debió darle más enjundia, pero como hizo guiones muy visuales según el método Marvel (ya saben, los de ahora 8 páginas de pelea) el que destaca es Leonardi al resolverlos muy bien. Por otro lado, la evolución del Universo Marvel también ha perjudicado el trabajo de Mantlo al haber dejado las propuestas que hizo en esta miniserie bastante obsoletas. Por todo esto no la recomendaría si fuese de otro guionista, pero, como es un Mantlo y este autorazo atraviesa una muy delicada situación personal, sí lo hago pues comprándola lo revindicamos.