La revista tenía dos objetivos: por un lado, dar a conocer el increíble trabajo de Bill en Marvel y su complicada vida; por otro conseguir fondos para el cuidado no-médico de Bill. Es importante recalcar que los cuidados médicos de Bill están cubiertos. Bill vive en una residencia en New York, en una habitación de la que solo sale cuando sus familiares pueden sacarle. Michael Mantlo le visitaba los fines de semana. La intención de Michael Mantlo, su hermano y guardián legal, era crear un entorno que le permitiera llevar a Bill a vivir con él y con su mujer Liz.
Desde su publicación, un grupo de personas amantes del trabajo de Bill Mantlo nos pusimos a traducir esa revista con la intención de publicarla y recaudar fondos para ayudar en el cuidado de Bill y mejorar su forma de vida. La traducción la tuvimos pronto, e incluso la editorial Dolmen se ofreció a publicarla. Michael Mantlo, cuya mujer es mexicana y amaba la idea de ver publicada la revista en español, estaba encantado con la idea. Pero empezaron a surgir problemas. David Yurkovich no tenía los originales de la revista y no fuimos capaces de conseguir las imágenes. El impulso se fue enfriando y la revista quedó paralizada.
Hacia 2014 David nos proporcionó una edición digital de la revista con buena calidad, y las páginas fueron editadas una a una eliminando el texto y "regenerando" los fondos con herramientas digitales. Conseguimos tener una edición completa en 2015. Pero para ese momento, Dolmen ya no veía posible la publicación de la misma (era otro momento con las ventas reducidas por el mundo digital). Así que nos pusimos a ver cómo poder publicarla (autoedición) y además siempre veíamos algún fallo: alguna traducción mejorable, algún error de edición, problemas legales (¿cómo se gestionaban los impuestos en esos casos?)… y no conseguimos publicarla nunca.
El 23 de abril por la tarde falleció el hermano y guardián legal de Bill Mantlo, nuestro gran amigo Michael Mantlo. Michael contactaba de vez en cuando con nosotros para preguntarnos por la revista y le decíamos que ya la teníamos a punto, pero que no teníamos muy claro cómo publicarla. Nos hubiera encantado que la viera.
Lamentablemente, Bill ya no podrá contar con la visita semanal de su hermano, y mucho menos podrá irse a vivir a su casa, así que el fin benéfico de la revista se ha desvanecido. Por eso hemos pensado que la mejor forma de honrar a Bill y a Michael es continuar con el segundo objetivo de la revista, que era difundir el trabajo de Bill, publicando la revista en versión digital. Todo aquel que quiera colaborar y ayudar a Bill, seguro que encontrará la manera de hacerlo.
Trece años después, aquí la tenéis:
Gracias por todo, Michael. Nunca te olvidaremos.
