Kakemono mantliano, por Sal Buscema.


El agua desdichada

Todo quiere ser agua
Quiere licuarse la montaña entera

Las atalayas hunden en el río sus leves pies calcáreos

Quemados por la boca espumeante del calor los
cactos arden
amando ya su polvo su ceniza que un día
descenderá sobre las aguas

Se quieren agua el lirio y la sombra y la piedra
y el amarillo ardiendo

Ya la montaña lenta se desliza
como una vena verde
por la lenta cascada.

*

Aun las cumbres más altas
miran el agua
y tiemblan.

*

Sobre masas inmensas de lúcido cristal
(como entre nubes como entre verdes corceles coloidales
como en la densidad caliente de la sangre)
En la piedra en la arena en los arbustos cansados de la orilla
En los troncos: muñones colosales que se salen del agua
para mirar en ella su derrumbada gloria

En las garzas que brotan con un blanco estallido
y que salen volando como un puño de grano
de la mano invisible de Dios

En el cristal suavísimo
En el cristal alado de las aguas
cae mi voz
apagándose
con el crujido de una brasa.

*

Agua descomunal
de pronto herida
por una breve mariposa roja:
una roja palabra
una sola palabra incandescente
en la garganta sin fin
de la montaña.

*

Vengan al agua sordos mendigos parturientas con sed
sobrevivientes asfixiándose bajo el derrumbe
marinos acosados por la sal
náufragos condenados a muerte tigres

Vengan al agua remeros de tristísimos lagos de ciudad
Al agua todos los territorios ocres
Al agua la palabra desierto:
que se hunda como una piedra que arde
Vean por un instante el humillo de su despedida:
oigan su crepitar de brasa que se ahoga

Vengan al agua niños durmiendo en los zaguanes
en los sótanos de la inmundicia en los basureros
Al agua policías que dirigen el tránsito del mediodía
Al agua ciegos
Al agua hombres avaros
Al agua fabricantes del hierro enrojecido
Al agua hombres en armas y oradores de boca reseca
Al agua niños que se mueren de fiebre en larguísimas
tardes taciturnas
Al agua enfermos de los hospitales Al agua desahuciados
Al agua todos los sueños de la fiebre
Al agua
Al agua
Al agua.

*

Eso fue todo

Más allá ya no importa

Más allá

el río ya no es nuestro

Más allá es el dominio del agua desdichada

Más allá
nuestro río desciende
hasta el progreso.

Efraín Bartolomé

El audio en www.palabravirtual.com

Proximamente... El Hulk para chinos

La Sota de Corazones

"Culpad a Brian Donahue, un amigo de la infancia y el único niño aparte de mí en la Linscott-Rumford Elementary School a finales de los 70 y principios de los 80 que coleccionaba comics. Brian a veces me regalaba tebeos repetidos o no queridos de su colección.

Uno de esos descartados era el *Marvel Two-in-One* #48, con Ben Grimm, la banda de Yancy Street, y la Sota de Corazones enfrentándose a Machinesmith y su ejército de duplicados robot — bastante en la línea del ideal platónico de lo que debía ser una historia de la Edad de Bronce Marvelita. Fue mi primer encuentro con la Sota de Corazones y su barroco gusto en uniformes, y pensé que el tema del naipe y el “OH NO! MI PODER NO SE PUEDE CONTROLAR!” molaban mucho.

Cinco años después, asistí a mi primera convención de comics. Fui con mi tío y mi hermano menor, ambos mucho más coleccionistas de lo que yo era en ese momento. Mientras buscaban gangas, yo mataba el tiempo mirando en las cajas de varios vendedores. No buscaba nada en particular ese día, pero encontré un viejo número de *Marvel Premiere* con una historia de la Sota de Corazones en solitario, y 25 centavos era un precio pequeño por avivar un recuerdo querido de mis días de la escuela primaria.

La compra estableció un patrón para las posteriores convenciones, y con el tiempo junté una respetable colección de apariciones de la Sota por poco dinero. La nostalgia y la pura ridiculez del personaje pudieron ser el atractivo inicial, pero en algún momento terminé por desarrollar un sincero afecto por el pobre tipo.
(También hay una cierta satisfacción en defender públicamente a un objeto de burla de los fans.)

No dejéis que el tono sarcástico de mis posts ‘Favoritos de Nadie’ os engañe; siempre me han gustado los parias bizarros y oscuros, y los personajes como la Sota son el condimento que da sabor a los universos superheroicos compartidos.

(Aunque preferiría otra media docena de caries a un trabajo escribiendo comics de superhéroes, no rechazaría la oportunidad de escribir una historia de la Sota de Corazones si me lo pidiesen. Si alguien de Marvel lee este post, mi email está en la barra lateral.)"

(Robado de aquí)

Es agradable que alguien te recuerde

Publicado originalmente el 4 de septiembre de 1992, en el número 981 de Comics Buyer’s Guide

Bigger Than Life (Más grande que la vida)
Por Peter David.

Una curiosa y deprimente secuencia de hechos:

En Oh So?, hay un mini-debate sobre qué hace que algo se convierta en mítico

Empieza a circular el rumor entre fanzines de que Superman va a morir.

Joe Shuster muere.

Bill Mantlo es atropellado por un coche mientras patinaba. Permanece en coma durante semanas y el pronóstico sobre su posible recuperación no es demasiado bueno.

Todos ellos parecen estar relacionados con el espíritu humano, la necesidad de mitos, y la necesidad de ser recordado. Porque los mitos son más que historis. Los mitos son historias que se elevan sobre la conciencia colectiva; historias que sobreviven a sus creadores.

(...)

Joe Shuster visualizó un mito. ´Le dijo en una entrevista que “No hay muchas personas que puedan decir honestamente que dejen detrás de ellos algo tan importante como Superman”. Esta simple e irrefutable sentencia representa los dos aspectos más increibles de la vida de Joe Shuster. Primero, que tomó parte en la creación de algo que era mucho más grande que él mismo. Y segundo, que sería recordado por ello.

Lo que me lleva a Bill Mantlo.

La vez más reciente (me resisto a decir "la última vez”) en la que hablé con Bill  fue hace unos dos, quizás tres meses. Él me llamó porque en una entrevista publicada recientemente, cuando fui preguntado por el origen de la historia del desorden de personalidad múltiple de Hulk, cité el original número de Bill en el que se relataba el maltrato que sufrió Bruce Banner en su infancia. Dije que Bill había aparecido con algo que era, para mi, innovador, y cómo los primeros cuarenta números más o menos de mi etapa en Hulk habían surgido directamente de la idea de Bill.

Para mi, simplemente estaba contestando a la pregunta. Como cuando la gente me pregunta "¿Porqué hiciste a Hulk gris de nuevo?" a lo que siempre respondo "Yo no lo hice. Fue Al Milgrom. Yo solo lo tomé y seguí adelante con ello".

Pero Bill estaba extremadamente agradecido y honrado de que le hubiese mencionado en términos tan elogiosos.

Y él me dijo "Es agradable que alguien te recuerde"

Es agradable que alguien te recuerde.

Es mucho más que agradable.

Es lo que muchos creadores —escritores, dibujantes, lo-que-sea— intentan conseguir durante su relativamente corta estancia en esta esfera. Intentan crear algo que perdure. Intentan producir algo que sea parte de la conciencia de alguien mucho tiempo después de que sean polvo.

Formar parte de algo que sea más grande que ellos mismos.

La gente no es recordada. La gente nunca es recordada.

Son sus logros lo que la gente recuerda
(...)

Bill Mantlo:
 10 

Peter David:
navidad

13

escuela

15

cementerio